Diseño Bioclimático de Espacios Abiertos
Definimos la temperatura de
confort del ser humano entre los 21º a 24ºC +/-2ºC, y el termino
termopreferendum; definido por Humpreys y Auliciems, como la temperatura
preferida por los organismos para moverse libremente entre rangos climáticos y
sentirse a gusto según el sitio en donde habitualmente vive.
Normalmente
el hombre habita lugares sobre la tierra con temperaturas que le han permitido
adaptarse a sitios que si bien no están del todo en temperaturas de confort,
con algunas estrategias naturales de refrigeración o asoleación le permiten
llevar una vida normal, también existen lugares inhóspitos en donde solamente
con medios mecánicos se puede sobrevivir, como los climas polares.
Sin embargo, con el fin de
adaptar los espacios tanto interiores como exteriores a temperaturas de
confort, es necesario plantear estrategias bioclimáticas que mejoren la
adaptabilidad y el permanecer en el lugar de manera cómoda, a no ser que el
clima sea tan benévolo que la adaptación no requiera mayor intervención.
En el diseño de
edificaciones, es normal involucrar el estudio bioclimático del sitio para
proponer estrategias que mejoren las condiciones internas del sitio, sin
embargo el diseño de espacios abiertas para el mismo logro pareciera no ser
importante.
El permanecer en espacios
abiertos de manera cómoda es garantía de satisfacción de sus usuarios, por ello
en el diseño de espacios abiertos, el diseño bioclimático adquiere especial
importancia, bien sea para la protección de la radiación solar en climas
cálidos o bien al contrario en climas fríos, además de otros factores que
afectan el bienestar como:
– La temperatura del aire
– La humedad
– La radiación solar
– La calidad del aire
– El ruido urbano
– El viento y la lluvia
– La calidad espacial del
entorno.
Sin embargo, la radiación
solar como fuente de energía será el principal aspecto a tener en cuenta, bien
evitándola o aprovechándola. Así, es necesario entender las formas en las que
actúa la radiación solar sobre los espacios abiertos: reflejándose, absorviéndose
o transmitiéndose, de aquí nacen términos como la reflectancia (ρ) la
absortancia(α) y la transmitancia (τ) los cuales deben sumar la unidad entre
ellos.
ρ + α + τ = 1
De allí, que la selección de
materiales para el espacio público tome especial importancia a la hora de su
especificación.
En materiales transparentes
como el vidrio la transmitancia es máxima, mientras las otras dos son muy
pequeñas, en cuerpos negros la absortancia es máxima mientras el resto es nulo
y finalmente en superficies reflectivas el factor que se aproxima a la unidad
es la reflectancia.
En plazas de climas cálidos
es un error especificar pavimentos oscuros o en materiales asfálticos ya que la
absortancia puede ser muy alta y esto facilitará que la temperatura del aire
exterior, la cual es consecuencia de la radiación que han absorbido las
superficies irradiadas, se caliente por convección, situación benéfica para
plazas o espacios abiertos en climas fríos, mientras que seleccionar materiales
claros como pavimento de los espacios abiertos en climas fríos evitará que haya
absorción y acumulación de radiación, siendo contraproducente para lograr la
sensación térmica apropiada, aunque si seria recomendable este tipo de
materiales en climas cálidos.
Y así
como adquiere especial importancia la adecuada selección de materiales para
espacios exteriores, también influye el tipo de vegetación, la cual será o muy
tupida o muy transparente, o de tallaje muy alto o muy bajo dependiendo del
clima y del efecto a lograr, además del mobiliario y arquitectura propia del
sitio, ya que así se pueden lograr sombras o luces, espacios calientes o fríos,
o texturas aptas para conseguir la sensación térmica apropiada para la
satisfacción del usuario y lograr éxito en el diseño arquitectónico de este tipo
de espacios.